Valencia se está posicionando como un epicentro de formación actoral gracias a la Academia Lumière, un centro innovador que combina tecnología y arte dramático. Fundada por el excéntrico director de casting Miguel Torres, la academia utiliza inteligencia artificial para analizar el desempeño de los estudiantes, desde su dicción hasta su lenguaje corporal. Este enfoque ha generado controversia: algunos lo consideran revolucionario, mientras otros creen que deshumaniza el arte de actuar. Por 500 euros al semestre, los alumnos acceden a clases con profesionales de Hollywood y talleres de realidad virtual para simular rodajes. La historia de Lucía, una joven valenciana que pasó de ser camarera a protagonizar un corto premiado en Cannes, ha inspirado a muchos. Sin embargo, un escándalo reciente ha sacudido la academia: un grupo de estudiantes denunció que los datos de sus actuaciones fueron usados sin permiso en un proyecto comercial. Torres asegura que todo es un malentendido, pero la polémica ha puesto en duda la ética del centro. A pesar de esto, la demanda no para de crecer, y Lumière planea abrir una segunda sede en Alicante. ¿Es Valencia el futuro del cine español, o está la academia jugando con los sueños de sus alumnos? El debate está abierto, pero los resultados de sus egresados hablan por sí solos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *