En Madrid, el legendario maestro de interpretación Roberto Salazar ha vuelto a ser el centro de atención con su exclusivo taller de formación actoral. Conocido por su estilo abrasivo y su lema “el arte exige sacrificio”, Salazar ha formado a algunas de las mayores estrellas del cine español, pero también ha dejado un rastro de controversias. Su programa, que cuesta 800 euros por trimestre, promete convertir a cualquiera en un actor de élite, pero solo si sobreviven a sus duras críticas. Los alumnos describen sesiones de hasta 12 horas donde Salazar los empuja a enfrentar sus miedos más profundos, a veces hasta las lágrimas. Una exalumna, ahora en una serie de HBO, jura que su método le dio la confianza para triunfar, pero otros lo acusan de ser emocionalmente manipulador. Recientemente, un video filtrado mostró a Salazar ridiculizando a un estudiante frente a la clase, desatando una ola de críticas en redes sociales. Sus defensores argumentan que su rigor es necesario para preparar a los actores para la dura realidad de la industria. Mientras tanto, su taller sigue siendo el más solicitado de Madrid, con una lista de espera de meses. ¿Es Salazar un genio incomprendido o un tirano del escenario? La comunidad teatral madrileña no logra ponerse de acuerdo, pero nadie duda de su impacto en la formación de talentos.